sábado, 6 de abril de 2019

La infancia de Antonio Molle Lazo (4)


R. P. Santiago Cantera

     A los ocho años, en efecto, Antonio había de convertirse en un colegial y sus padres decidieron enviarle al Colegio del "Buen Pastor", que tenían abierto en Jerez los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle), al cual ya habían llevado a Carlos, el primogénito.






R. P. Sarabia

     Todos los amigos a quienes hemos interrogado sobre nuestro simpático mártir y sobre su conducta y costumbres, ponderan con voz unánime la modestia de sus palabras y el honestísimo recato de toda su vida. Por aquellos ojos miraban siempre la bondad y la pureza de su alma... Así eran de limpios y serenos los sus ojos...

     Los que trataron de cerca a nuestro mártir, si se hubieran detenido a estudiar su carácter, hubieran visto que era muy bondadoso y dulce, pero que, detrás de aquella dulzura y bondad, se ocultaba una voluntad recia y un temperamento firme, que no alborotaba nunca, pero que no retrocedía jamás ante el cumplimiento del deber.

     Uno de los Hermanos, que fue profesor suyo, confiesa que no tardó en darse del todo al estudio y en poco tiempo llegó a ocupar los primeros puestos de su clase. Los padres guardaban con orgullo legítimo los premios que a casa traía su querido Antonio: y cuando llegaba el día solemne de la distribución de premios, los padres podían estar orgullosos de su hijo, porque, si en todas las ciencias no ocupaba el primer puesto, en todas las clases podían ponerlo como modelo de aplicación y señalarlo como una de las glorias del colegio del Buen Pastor.


San Juan Bautista de La Salle







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