viernes, 19 de abril de 2019

La Infancia de Antonio Molle Lazo (5)

Primera Comunión y virtudes de congregante.    


                         R.P. Santiago Cantera

     El 15 de mayo de 1925, en la fiesta de San Juan Bautista de la Salle, recibió la Primera Comunión en su colegio, después de haberse preparado convenientemente, según se hacía en los centros de estos Hermanos.

     La fotografía de Antonio en el día de su Primera Comunión es la de un niño serio y grave, consciente del regalo tan grande que recibe del Cielo a través de la iglesia. Los padres le animaron a preservar siempre en el amor de Dios y en la pureza de las virtudes.

Antonio Molle con nueve años, el día de su Primera Comunión




     Según el testimonio de sus maestros, Antonio fue desde aquel día el tipo de colegial modelo. Por otro lado, solicitó a los pocos días la admisión en la "Congregación de María Inmaculada y de San juan Bautista de La Salle", en la que podía ingresar los alumnos antes pertenecientes a la Congregación del Niño Jesús y que habían dado en ella muestras evidentes de piedad y virtud, cual era su caso. Se le acogió como aspirante y unos meses después la Junta Directiva le concedió por unanimidad la categoría de congregante efectivo, afirmando que en su fase anterior como miembro de la Congregación del Niño Jesús, así como en el tiempo reciente de aspirantado, había sido uno de los que mejor habían cumplido el Reglamento en todo momento y había dado ejemplos de sólida piedad.

     No deja de ser llamativo que, en una de las dos admisiones como congregante, pueda leerse en el libro de Junta: "Examinada la conducta del niño Antonio Molle Lazo, no se hallaron más que datos a su favor y, por tanto, por escrutinio y con los votos de todos, fue admitido en la Congregación, fijándose para su admisión pública y solemne el día de Cristo Rey"

Primera Comunión de Antonio Molle Lazo, Colegio Buen Pastor (La Salle) 1925


sábado, 6 de abril de 2019

La infancia de Antonio Molle Lazo (4)


R. P. Santiago Cantera

     A los ocho años, en efecto, Antonio había de convertirse en un colegial y sus padres decidieron enviarle al Colegio del "Buen Pastor", que tenían abierto en Jerez los Hermanos de las Escuelas Cristianas (Hermanos de La Salle), al cual ya habían llevado a Carlos, el primogénito.






R. P. Sarabia

     Todos los amigos a quienes hemos interrogado sobre nuestro simpático mártir y sobre su conducta y costumbres, ponderan con voz unánime la modestia de sus palabras y el honestísimo recato de toda su vida. Por aquellos ojos miraban siempre la bondad y la pureza de su alma... Así eran de limpios y serenos los sus ojos...

     Los que trataron de cerca a nuestro mártir, si se hubieran detenido a estudiar su carácter, hubieran visto que era muy bondadoso y dulce, pero que, detrás de aquella dulzura y bondad, se ocultaba una voluntad recia y un temperamento firme, que no alborotaba nunca, pero que no retrocedía jamás ante el cumplimiento del deber.

     Uno de los Hermanos, que fue profesor suyo, confiesa que no tardó en darse del todo al estudio y en poco tiempo llegó a ocupar los primeros puestos de su clase. Los padres guardaban con orgullo legítimo los premios que a casa traía su querido Antonio: y cuando llegaba el día solemne de la distribución de premios, los padres podían estar orgullosos de su hijo, porque, si en todas las ciencias no ocupaba el primer puesto, en todas las clases podían ponerlo como modelo de aplicación y señalarlo como una de las glorias del colegio del Buen Pastor.


San Juan Bautista de La Salle